El insilio como una nueva situación, no muy comentada o conocida, sobre los procesos migratorios. Ese fue el tema central de la tercera tertulia de la Escuela Cocuyo realizada este martes, 7 de septiembre, y que contó con la moderación del periodista Edgar López, especialista en la cobertura de derechos humanos, y Mabel Sarmiento, periodista dedicada a la cobertura de la emergencia humanitaria en Venezuela.
La conversación también contó con la participación del psicólogo Sócrates Serrano y el sacerdote Jesuita Alfredo Infante, quienes brindaron una aproximación al insilio, sus consecuencias, las herramientas para detectarlo y las formas de superarlo.
“Venezuela está sumergida en tres tipos de crisis: la primera radica en la violencia territorial, que expone a diario a la población; la segunda sería el desplazamiento masivo de personas, ya sea al extranjero o a nivel nacional; y una tercera faceta es la carencia de un Estado de derecho”, dijo el padre Infante.
Si bien los episodios de violencia, generados por el Estado o por grupos criminales, afectan a todo el país, el jesuita precisó que esas afectaciones no son iguales para todos. “En un mismo contexto, por ejemplo, un grupo humano está viviendo la misma situación de violencia, pero un grupo se desplaza internamente por el país o hacia el extranjero, y otros quedan confinados en las zonas de conflicto porque no tienen posibilidad de salir de allí”, afirmó.
Y es así, bajo ese contexto, donde la figura del insilio toma cada vez más espacio en Venezuela. En la mayoría de las ocasiones, según advierte Serrano, se desarrolla como una etapa de duelo, como un proceso “necesario y doloroso” para construir un nuevo camino.
La figura del insilio no solo es desconocida para una gran cantidad de personas, sino que su presencia en los medios de comunicación tampoco es usual.
El insilio como un “exilio hacia adentro”
«Hay personas que pueden estar bajo el insilio, sin saber que están insiliadas. Poder resolverlo y abordarlo va a depender de si hay conciencia sobre la situación». La advertencia la hace Sócrates Serrano, quien lleva años estudiando y tratando de describir este fenómeno que ni la Real Academia Española (RAE) ha podido definir.
Pero, ¿cómo podemos entender el insilio?
“Es el exilio hacia adentro, personal, emigrar sin viajar, mudarse de un país sin moverse”, sostiene el experto. Ese sentimiento, asegura, puede extenderse y agravarse de tal forma que puede llegar a paralizar a quienes lo padecen, incluso provocarles episodios esquizofrénicos.
Ante ese escenario, el padre Infante señala la necesidad de no dejarse dominar por el insilio. A su juicio, dicho fenómeno paraliza a la población frente a la violencia.
Pero tiene un antídoto: “para ayudar a una persona a superar un insilio es necesario empatía, paciencia y diálogos que permitan conocer las dificultades que las personas insiliadas están viviendo”, concluyó Serrano.