Derechos humanos

Miradas que enriquecen

 ‘Movilidad humana, migración, refugio y Derechos Humanos’ fue el tema del primer ciclo de tertulias en el proceso de formación que reciben 61 periodistas de Latinoamérica en la tercera edición de Puentes de Comunicación. Entender y aprender de manera didáctica, profunda y entretenida el fenómeno de la migración en Latinoamérica, una de las crisis más… 4 agosto 2022

 ‘Movilidad humana, migración, refugio y Derechos Humanos’ fue el tema del primer ciclo de tertulias en el proceso de formación que reciben 61 periodistas de Latinoamérica en la tercera edición de Puentes de Comunicación.

Entender y aprender de manera didáctica, profunda y entretenida el fenómeno de la migración en Latinoamérica, una de las crisis más graves de derechos humanos que hoy afecta a unos 18 millones de personas, fue el objetivo de la primera tertulia de Puentes de Comunicación. Este proyecto de formación y producción periodística se desarrolla tras la alianza de la DW Academie con los medios Efecto Cocuyo, de Venezuela; El Faro de El Salvador; y con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania.

El ciclo de tertulias está dirigido a 61 periodistas de países receptores convocados a la Sala de Formación y de Redacción sobre la cobertura periodística de las migraciones más grande de América Latina y dictado por especialistas en esa materia de diferentes países, y cuyo enfoque este año es género y niñez.

La primera tertulia se tituló ‘Movilidad humana, migración, refugio y Derechos Humanos’, fue moderada por Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo y contó con la participación de Ligia Bolívar, investigadora y experta en derechos humanos; Diego Cháves González, investigador y senior manager de Migration Policy Institute (MPI) para Latinoamérica y el Caribe y Tamara Taraciuk, subdirectora para las Américas de Human Rights Watch.

Al final de las intervenciones de los expertos los periodistas les hicieron preguntas y debatieron sobre diferentes temas, construyendo un espacio necesario de debate y diálogo sobre un tema que tiene que ver con todos como habitantes de un mismo continente.

Con la lupa

El fenómeno de la migración es diverso y complejo. Por esa razón, según los expertos, merece un tratamiento y una perspectiva particular. Para Ligia Bolívar, los medios de comunicación deben prestar más atención a la necesidad de alertar sobre los enfoques diferenciados de la población migrante, así como evitar su revictimización. “La migración es como un divorcio. Hay ruptura, hay trauma, dolor, sensación de fracaso, amigos, familiares afectados. Uno no va por la vida preguntando por qué te divorciaste. Hay que tener tacto, porque la pregunta puede herir”, dijo esta investigadora referente en la región.

Sin embargo, no solo debe existir un enfoque diferenciado en los medios, sino también en las políticas que llevan adelante las autoridades de cada país, para atender y proteger a las personas que abandonan forzadamente sus tierras.

Según Tamara Taraciuk, la responsabilidad social de los medios de comunicación en informar y dar a conocer lo que ocurre con la migración, que es enorme. “No podemos decirles a los periodistas que informen de una manera paternalista. La gente va a seguir saliendo de sus países, le digan lo que les digan. Sí es importante darle a conocer a la opinión pública las diferentes realidades contrastando información, divulgando datos que den dimensión del problema y humanizando las historias”.

Los expositores coincidieron en que, aunque dar datos, cifras es necesario, lo cualitativo merece un espacio en el análisis y en el contexto. Por ejemplo, las cifras de niñas, niños y adolescentes no acompañados que están migrando por diferentes corredores no siempre están completas y son precisas, porque esa población es difícil de detectar. En estos casos cabe preguntarse, no sólo cuántos son, sino por qué no sabemos cuántos son.

Para Diego Chaves-González, los medios de comunicación tienen mucha capacidad de llegada y de conexión con el público. “Justo por esa virtud, asegura este politólogo colombiano, “pueden ayudar a transformar la forma de contar historias, a poner el dedo en la llaga para advertir, alarmar sobre la imposición de visados y el cierre de fronteras, un caldo de cultivo para la ilegalidad”.

Imparable

En la tertulia se hablaron de los casos de migración más graves que hoy afectan nuestros territorios. Los 2.4 millones de venezolanos que han migrado a Colombia, el flujo enorme de migrantes por la selva del Darién, rumbo a Panamá. Allí, en 2022 con corte a junio, 15.600 personas han migrado por este corredor (11.300 venezolanos, 860 haitianos, 416 cubanos).

En México ha habido 130.000 solicitudes de refugio, una cifra histórica. El 70% de esas solicitudes son en Tapachula, Chiapas. Allí se vive una crisis humanitaria de grandes proporciones ya que las personas no pueden irse de ese lugar hasta que no se defina su proceso. O lo que sucede en El Salvador, Guatemala y Honduras, los países que confirman el ‘triángulo norte’.

Según Tamara Taraciuk, la migración es un fenómeno imparable en la medida en que las condiciones de los países expulsores sigan siendo las mismas. Abordarlo requiere asegurar que tengan derecho a migrar de manera segura, legal ordenada, a no enfrentar abusos o a no caer en los riegos que enfrentan durante el trayecto, a tener acceso a un estatus legal en un país de destino y a acceder a los derechos fundamentales en salud, educación, empleo. “No podemos olvidar los motivos que obligan a estas personas a salir. Nuestro trabajo es seguir exponiendo y documentando esos abusos que llevan a las personas a tomar estos caminos. Sin tratar los problemas de origen no lo vamos a solucionar nunca”, afirma.

Países como Perú y Colombia, por nombrar algunos, han creado medidas de protección temporal a migrantes por medio de estatutos y de documentos oficiales. Estas iniciativas sirven, pero no son la solución de fondo. Para Diego Chaves-González, “esas medidas de regularización no son capaces de solucionarlo todo. Son un eslabón, que debe fortalecerse para garantizar de manera integral los derechos”. Hay que trabajar para cambiar el paradigma de la migración, dejándolo de ver como un problema fronterizo y sí como fenómeno regional que afecta a los países vecinos y que es una oportunidad de desarrollo social y económico del país de acogida.

Vocabulario

Otro de los temas de enorme valor para los periodistas debatidos en el taller tuvo que ver con dar luz y claridad sobre el uso de algunas palabras que no siempre están bien manejadas. Por ejemplo, la diferencia entre migrante y refugiado. La mayoría de las personas que están migrando en Latinoamérica, en esta crisis global, lo hacen de manera forzada y no voluntaria buscando mejores horizontes. Son personas con una necesidad de protección internacional, porque su país de origen se la negó.

La declaración ampliada de ‘refugiados’ establecida en la Declaración de Cartagena incluye a personas perseguidas por religión, raza e ideología, a las que se les violan los derechos humanos. Y también las que migran de manera forzada. Además, los refugiados, según ACNUR, tiene un carácter declarativo una vez salen y ponen un pie fuera del país de origen.

A pesar de esta distinción legal, a los venezolanos se los sigue tratando como ‘migrantes’ y se les exigen visas o documentos apostillados para transitar o trabajar. También se les obliga a demostrar que tienen recursos suficientes para vivir. Esto no sucede con los ucranianos, por ejemplo, que están saliendo de su territorio a causa de la guerra con Rusia. “Esa es la gran falacia en materia de políticas públicas”, agrega Ligia.

Los periodistas que participan en Puentes de Comunicación están viviendo una experiencia enriquecedora, recibiendo herramientas y conocimientos que les ayudan a formar el pensamiento crítico, para informar con mayor veracidad y equilibro, y así tender puentes entre migrantes y ciudadanos en general.